Aventuras en Lurra: Capítulo 1, Episodio 1
Tras sus variables azares, nuestros aventureros descansan en la taberna del Sol Rojo en Koee Baath Nahin.
De diferentes maneras, Flinte, la posadera, les ha entregado una carta lacrada de aspecto noble.
Casi de Sietecruces hace preguntas oportunas a la posadera y es puesto en contacto con Don Alfóncigo de Torrecasona y Heráclito de Forjabruna.
En la misma taberna, la familia Ullargroc observa cautelosamente a la clientela y son introducidos a Golden, el extraño ser que regenta el turno nocturno.
Tras leer la misiva, todos deciden seguir las indicaciones marcadas y llegan hasta la mansión del Kraken, donde son conducidos al Salon Zhu. Observadores a todo lo que les rodea, notan que la Mansión esconde secretos y que el Salón esconde.... salones.
Una vez presentados a Dana, duchados y en cueros menores (tapados y algunos revelados con demasiada... prontitud), son llevados hasta la presencia de Creighton Ellicoot III. Allí, entre los vapores que manan de la pasmante piscina, el Magistrado de la ciudad les da nombres, señas y un cometido.
La vuelta a la posada es tranquila y hasta enriquecedora para Bernat que pone en funcionamiento sus unguentos entre la guardia de la noche. Rescatados por Golden, terracean con paz y tranquilidad.
Casio se retira pronto y tiene cierto encuentro con cierta dama (que Bernat ve salir)
La mañana llega para todos pero antes para Don Alfóncigo que piadoso, va a la plaza de los templos a orar y congraciarse con Habbaduck.
Tras un pantagruélico desayuno organizado por Heráclito, parten en el apacible viaje río arriba, en el cual, a mitad, paran a pecnortar.
La siguiente mañana, no tan apacible, desvela que los barqueros no son de fiar, las praderas ocultan cosas y que aunque no haya caminos, el señor de Torrecasona es un guía excelente.
La cueva/mina se presenta ante ellos al caer la tarde, y hasta aquí podemos contar.
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