Las aventuras y desventuras de Don Renan Monteluna y amigos. Sesión 57

Nuestros héroes continúan avanzando por las Montañas del Crepúsculo. A cada paso el viaje se hace más difícil. El calor, el humo y la ceniza hacen estragos y nuestros amigos están teniendo dificultades para encontrar agua potable. 

Baern y Guido encuentran una gruta donde pasar la noche junto al cauce de un arroyo de montaña. A la mañana siguiente los veteranos de Castagnia deciden darse la vuelta. Alfio Moscatello se queda con el grupo.

La marcha al día siguiente es muy dura y Ascanio y Guido  muestran evidentes síntomas de agotamiento. Marcella decide enviar a Ascuas con la bolsa de contención para que los soldados de regreso rellenen un pequeño barril con agua en el último punto de abastecimiento.

Baldrûs se encuentra con los cadáveres de tres hobgoblins semienterrados en la ceniza. No son recientes, sus huesos empiezan a ser claramente visibles. Marcella emplea su magia para hablar con ellos y averigua que tras la muerte de Urk'hailos se abrió una zona de tránsito al plano elemental del fuego que hizo emigrar al norte al resto de fuerzas hobgoblins que se habían refugiado en las montañas.

Tras un trayecto que parece interminable nuestros amigos llegan al Piccionello, la antigua ciudadela encargada de custodiar la ruta comercial entre el Bosque de Hierro y Castagnia en los viejos tiempos. La ciudadela parece abandonada. Nuestros amigos exploran las calles y salones de este antiguo bastión defensivo. Reúnen información suficiente para localizar el cubil de Urk'Hailos a media jornada de camino y encuentran un lugar adecuado para descansar y aprovisionarse de agua fresca.

El Piccionello





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