Las aventuras y desventuras de Don Renan Monteluna y amigos. Sesión 54

Tras derrotar al elemental de vino, nuestros amigos inspecionan las bodegas.  Encuentran un barril con un misterioso vino de tono plateado. Ascanio lo prueba y sus compañeros observan como se desvanece parcialmente. El mago observa un lugar repleto de mármoles de tonos argénteos bañado por una luz violácea. Baldrûs sospecha que ese caldo le podría ayudar en la reparación del reloj de Weikof Klinn y se apresura a guardar una muestra.

Continúan explorando el interior de BellfioreLa lujosa villa se encuentra inquietantemente desierta. Koronn examinando uno de los dormitorios observa a través de un espejo la escena de una muchacha descansando en un lugar muy similar al que ha visualizado Ascanio tras probar el vino. 

Baern explora el patio de la villa. Un zarzillo procedente de la hiedra que cubre los muros de la mansión trata de aferrarse a su pierna. El enano se zafa de la planta y tratan de prenderle fuego. La hiedra reacciona e intenta eliminar la amenaza que se ha infiltrado en Bellfiore. Nuestros héroes logran mantener a raya a la diabólica araliácea pero en el fragor de la batalla una bola de fuego de Ascanio prende fuego a la mansión. 

Las llamas se extienden sin control y la compañía del grillo se ve obligada a retroceder a las bodegas. Allí terminan bebiendo del vino argénteo. Abandonan sus cuerpos mortales y son transportados a otro lugar. Contemplan una villa encaramada en un peñón que parece flotar suspendido en el éter. Nuestros amigos se aproximan con precaución a la villa con la esperanza de encontrar a Susana de Caucecaliente y frustar las los maquiavélicos planes de Silvestre Braccacio.


La habitación de Susana de Caucecaliente


Susana de Caucecaliente




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